Peregrinando

Peregrino: Dicho de una persona: Que anda por tierras extrañas.

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jueves, mayo 24, 2007

Mungiki, un reino de terror

En los últimos dos días han tenido lugar en Kenia unos sucesos que han dejado al país perplejo y terriblemente aturdido. Seis hombres en diferentes puntos de Kenia han sido decapitados el mismo día y sus cabezas han aparecido en algunos casos bastante lejos de los cuerpos. Todo apunta a un asesinato ritual y, atendiendo a las tensiones que ha habido en el país en las últimas semanas, prácticamente no se duda que sean obra de la secta Mungiki.

Este grupo es llamado secta cuando en realidad no necesariamente tiene connotaciones claramente religiosas. Es más bien una sociedad secreta surgida de la etnia kikuyu (el nombre significa “pueblo unido”) que quiere volver a las tradiciones de esta etnia y rechazan todo aspecto de colonialismo e incluso cristianismo, el cual es visto como invasión foránea. Se inspiran en los luchadores de la revolución Mau-Mau que se rebelaron contra el poder establecido en los últimos años que este país fue colonia británica. Se sabe que este grupo actúa como una verdadera mafia que llega a controlar de rutas de matatus a zonas enteras de casas y poblados, en los cuales existe casi un gobierno paralelo en diferentes campos. La gran mayoría de personas que me han hablado de este tema son de la opinión que Mungiki no es un grupo aislado que ha nacido de la nada, sino que ha sido creado artificialmente por intereses de control y poder y que es un secreto a voces que muchos prominentes políticos y parlamentarios están detrás de este movimiento. No he encontrado ninguna persona que discrepe en este último punto.

Ante esto, resulta simplemente indignante que en un país pueda haber asesinatos múltiples y simultáneos y apenas se haga nada al respecto. El Ministro del Interior, en su típico tono desafiante, ha echado la culpa a todo el mundo, menos a sus cuerpos de inteligencia y, preguntado en una rueda de prensa sobre la influencia de los políticos y parlamentarios sobre la sociedad secreta, ha pasado a olímpicamente del periodista y ha pedido otra pregunta.

La consecuencia y el coste humano de estos acontecimientos es que en estos momentos hay pueblos enteros aterrorizados por los acontecimientos de los últimos días. A la hora de escribir estas líneas, cientos de personas han recogido sus pertenencias y se están mudando a zonas “más seguras” huyendo de la incertidumbre y de la posibilidad de encontrarse con estos grupos que, como bien han demostrado, están dispuestos a sacrificar a personas inocentes con tal de pasar sus mensajes de advertencia y continuar con sus actividades de extorsión. Lo más triste de la historia es que muchos ciudadanos ni siquiera confían en la policía que teóricamente deberían protegerlos. Toda una historia triste de violencia, silencio e impunidad.

En África nunca se deben subestimar estas sociedades secretas; creo que son catalizadores de verdaderos sentimientos de frustración y rabia ante la todavía penosa situación de muchos países, con un paro rampante, mala distribución de la riqueza, una clase política centrada en intereses personales y tribales y corrupción por doquier... La solución de este problema está aún más lejos cuando se tiene en cuenta que estos grupos criminales tienen padrinos poderosos que hacen que ni siquiera las fuerzas de seguridad puedan con ellos.